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MI AMIGO ES TODO UN CAMPEON "pata inquieta"

Quien no tiene un amigo o conoce a esa persona que se puede definir por ciudadano o ciudadana de “pata inquieta”.
Aquel al que no le gusta perder ni a las canicas, aquel que tanto si es andarín o corredor
Adelanta a sus hijos o parejas cuando andan por la calle.
Aquel que arrastra incluso al perro por que va muy lento.
Los que no relajan su marcha ni en vacaciones. Los que levantan baldosas a su paso, ágil y veloz, sin titubear. Aquellos a quienes amigos o cuñados abroncan, desde el ahogo, por andar deprisa en el agradable y matinal paseo de los domingos.
Los genuinos “pata inquieta” no tienen freno. Si van al pueblo enseguida saben que son de la capital por lo rápido que andan. Y en la ciudad serpentean por sus calles para llegar más rápido a ningún lugar.
En el trabajo son nerviosos pero alegres. Se justifican con fobia al ascensor y a los sitios cerrados para que les dejen subir y bajar las escaleras a gusto, que suele ser como mínimo de dos en dos peldaños. Y nadie puede seguirle cuando hay que subir a un sexto piso.
Los que vuelven a su casa andando, corriendo o en bicicleta para siempre estar ahí, en plena forma y preparados para la competición diaria que les depara.
Cualquier momento del día lo convierten en un pequeño entrenamiento, ya en un hospital o cualquier otro lugar, rechazan los ascensores para subir andando de una en una o de dos en dos, cual rampa de alta montaña pueda ser.
No quieren perder ni a las chapas y su nariz debe ir siempre por delante de la de los demás cuando hay que salir a correr.
Esa regla ciclista que dice “ ir a rueda alivia el sufrimiento y corta el viento “  no se escribió para ellos , capitanes del grupo y amantes de dar la cara a poco que el nivel del terreno se endurezca.
Ya sea bajando o subiendo, siempre encontrarán motivos para un inesperado cambio de ritmo que rompa la concordia.
Algunos compañeros de entrenamiento sufren al “pata inquieta” en cada rodaje, pues todo puede volverse competición sin dorsales en cuanto te descuidas.
Dejan que te alejes unos metros, que resultan multiplicarse por hectómetros al poco rato, y si lo avistan más tarde, bufando entre los pinos, como si de una locomotora de vapor se te echara encima y alejándose a un ritmo infernal como alma que lleva el diablo.
El “pata inquieta” es generoso en el esfuerzo y mantiene la cadencia de su zancada, que sólo cambiara a mejor si avista a alguna víctima propiciatoria que corra flojo o a otro como ellos que hay caído en una pájara.
Adelantan a cansados ciclistas en los toboganes de los caminos, y aún les queda fuerza para repartir inoportunas palabras de ánimo, dejando al superado en plena trampa con cara de tonto.
Aunque también hay que decir que son generosos, dispuestos aunque a veces demasiado y con un gran corazón. Seguro que cuando lo leáis, más de uno se sentirá identificado pero que sepáis que no os guardamos rencor, ya que nos regaláis grandes momentos en vuestra compañía durante los rodajes, cuando podemos disfrutar de ella, algo casi poco probable y que cuando se tiene que organizar o hace falta cualquier cosa, siempre está ese amigo o compañero de fatigas para lo que haga falta “pata inquieta”.
Gracias Miguel por todos esos momento.
                                                                                    LitoRun
                                    

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Gracias Lito ,ya sabes que siempre estoy con vosotros para lo que haga falta

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